Tras cuatro días encerrada la hermosa tarde invitaba a ser vivida lentamente,saboreando luces y colores.
Nuevamente pedí ese paseo absurdo y bello que me hacia encontrarme con mi tierra.
La casa estaba un poco caótica.Normal,después de mas de un año….Aún así,no fue un mal rato el de limpiar las telarañas que encontrábamos al paso,ni el de dar un barrido rápido al patio y la terraza.
La luz de toda la planta baja no funciona,así es que decidimos irnos antes de que el sol faltara.
Parada rápida en mi pueblo para tomar un café y ,sobre todo,para beber los colores del atardecer.
Ya estamos volviendo.
-”¿Qué te pasa?” Me preguntan cuando me llevo las dos manos a la cara.
_”nada” Respondo.
El otoño todavía sigue vestido con el calor del verano.
Se ve un cielo gigantesco por todos lados.
Estoy rodeada de encinares buscando instantes felices ,¡han sido tantos…!
Este extraño otoño me ha hecho llorar…
…quien sabe!!
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