domingo, 18 de diciembre de 2011

Detrás del cristal

Con los ojos empañados miraba la fría calle soñando una vez más que allí estaba la felicidad.
Los meses habían pasado descontrolados, sin aportar a la vida algo que no fuera tristeza y soledad. Pero,como otras muchas veces, había pensado que si las cosas eran así "por algo sería".Cada mañana,al empezar el día, su sueño de que aquel sería el primer día de muchos mejores le rondaba la cabeza.Pero al recibir malos gestos y palabras ruines y crueles como saludo descubría ante si otro día como tantos que no pasaría de ser un pequeño infierno en el que sentirse atrapada.
Nada había cambiado en un par de años.Nada excepto ella.
Cada segundo sentía que en sus venas no iba quedando suficiente sangre para hacer funcionar su corazón.Sus ojos se secaban haciéndose áridos y tristes y su sonrisa hacia muchos meses ya que no era sino un vago recuerdo.Ahora su cara lucía una triste mueca y su corazón latía muy lentamente para no dejarse herir. Todos debían pensar que si le pinchaban no sangraría, porque aceptaba con pasividad los insultos y desprecios. Pero había llegado el momento. Aquel día que no amaneció distinto a los últimos era realmente el ultimo de aquel tipo de vida. Todo hirvió dentro de ella por un instante y la fuerza y la rabia contenidas durante años salieron al exterior derramando su pena encima de la mesa. Los platos callaron y su voz se elevo pidiendo el final de su tortura. La amargura se coloco al lado de los cubiertos y la pena empapo las servilletas.¡No aguantaría nada mas!.Así lo dijo aclarando que si el pago era una familia que había dejado de serlo hacia mucho tiempo, pagaría.
No hay pasos atrás en la vida.La sonrisa eterna de la Gioconda solo esconde soledad. ¡No hay mas misterios!